Hidratación en el ámbito laboral

Somos agua. La vida se originó en el agua y el 65% de nuestro cuerpo en la edad adulta es agua. Más de la mitad de esta agua se encuentra en el interior celular y el resto está formando parte de la sangre irrigando así los tejidos. Tenemos una dependencia absoluta del agua, ya que más de cinco o seis días sin beber, pone en grave peligro nuestra vida.

Además, de manera natural, el cuerpo humano está perdiendo agua constantemente con los excrementos y la transpiración fundamentalmente y en menor medida también con las lágrimas y la mucosidad. En esta pérdida, por supuesto van a influir también factores físicos como el calor, la humedad, el grado de actividad que se esté desarrollando, etc.

De aquí se deduce la gran importancia que tiene la hidratación en todo momento, en el desarrollo de todas nuestras actividades diarias y por supuesto en nuestro puesto de trabajo también.

Varios estudios científicos, como los recogidos en el Consenso Científico de Hidratación, demuestran la importancia de estar bien hidratados a la hora de desarrollar nuestro trabajo. Kenefic y colaboradores indican que la deshidratación puede afectar negativamente a la productividad, a la seguridad y a la moral del trabajador.

Evidentemente en el grado de deshidratación van a influir varios factores como son el tipo de actividad que se desarrolle (no es lo mismo una actividad eminentemente física, que mental), la estación del año, la ropa que utilizamos para desarrollar nuestra tarea (la ropa hermética o los equipos de protección individual, pueden aumentar la pérdida de agua por un aumento de la transpiración como consecuencia del aumento de la temperatura corporal), la propia variabilidad individual que existe de unas personas a otras, etc. Así, se ha demostrado como los accidentes laborales disminuyen durante los meses de frío, lo cual no significa que durante esos meses no tengamos que hidratarnos.

¿Cuánto debemos beber? Los expertos recomiendan ingerir entre 1,5 a 2 litros de líquidos al día. Preferentemente tomando agua, pero también es posible conseguir la hidratación a través de zumos, café, té, refrescos, etc. Y por supuesto, a través de los alimentos. Los alimentos también son una fuente muy importante de agua para nuestro organismo, sobre todo frutas, sopas y verduras.

A nivel laboral se recomienda ingerir 1 litro de líquido por cada 1000 Kcal consumidas en nuestra actividad.

Hay ciertos síntomas que nos pueden alertar de nuestro grado de deshidratación: cansancio, dolor de cabeza, sed intensa, debilidad, vértigo, sequedad de piel y mucosas, náuseas, etc. Por eso, debemos tener la precaución de beber antes de que aparezca la sensación de sed, ya que de esta manera estaremos garantizando una buena hidratación en nuestro cuerpo.

El Profesor Josep A. Tur Marí, Catedrático de Fisiología de la Salud de la Universidad de las Islas Baleares señala que “sufrir deshidratación en el lugar de trabajo implicará una pérdida de concentración, un menor rendimiento cognitivo e incluso, aumentará el riesgo de poder sufrir accidentes laborales”. Este mismo especialista, indica la importancia de establecer unas pautas de hidratación a lo largo de la jornada de trabajo para prevenir este tipo de incidencias sobre todo en lo que se refiere a disminuir el riesgo de sufrir un accidente laboral por este motivo. En este sentido es importante que exista una concienciación por parte de los trabajadores de acudir al trabajo ya bien hidratados y seguir con la hidratación a lo largo de toda la jornada laboral. Por otra parte, la organización también debe proporcionar una fuente de bebidas disponibles cerca del lugar donde se esté realizando la actividad.

Ya de una manera más directa, el Profesor Javier Aranceta Bartrina Presidente de la Asociación Española de Nutrición Comunitaria y el Profesor Luis Serra Majem, Presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional (FIN) y Presidente de la Academia Española de Nutrición y Ciencias de la Alimentación (AEN), en colaboración con la compañía Coca-Cola España, han elaborado una guía sobre Hidratación en el Trabajo. En ella se promueve la hidratación como herramienta de promoción de la salud laboral. Así, ambos autores ponen de manifiesto que una deficiencia hídrica de un 1% del peso corporal se traduce en una disminución del rendimiento físico y si esta deshidratación aumenta a un 2% afectaría ya al rendimiento intelectual con alteraciones de la memoria a corto plazo, la atención, sensación de fatiga, incluso se puede ver alterada la velocidad psicomotriz o la rapidez en la toma de decisiones.

La guía se compone de 6 apartados: Introducción, Fisiología del agua, Necesidades del agua en el entorno laboral, Trastornos derivados de la mala hidratación, Pautas para una hidratación saludable en el lugar de trabajo y Bibliografía. Está dirigida fundamentalmente a los profesionales de la salud, directivos y autoridades con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia de crear pautas de hidratación durante la jornada laboral, pautas que deben estar integradas en los protocolos generales de la organización y que van a implicar una parada por parte de los trabajadores para cumplir estas pautas. Pero la sensación de bienestar de los trabajadores al adquirir estos hábitos saludables, se va a traducir en un aumento del rendimiento y en un descenso de los accidentes laborales, que sin duda compensarán esos minutos de descanso tan necesarios por otra parte. Para lograrlo, como comentaba más arriba, también es necesaria la concienciación de los trabajadores, también es su responsabilidad adquirir estos hábitos y seguir las pautas marcadas.

Fuente: Unir